En la década de 1930, la medicina presentó un procedimiento que, para algunos, fue un rayo de esperanza contra las enfermedades mentales más severas. Para otros, se convirtió en el símbolo máximo de la barbarie médica.
Estamos hablando de la lobotomía, quizá el tratamiento psiquiátrico más infame de la historia.
¿Qué es una lobotomía?
La lobotomía es un tipo de psicocirugía desarrollada hace casi un siglo.
Su objetivo: modificar conexiones neuronales en el cerebro para tratar trastornos mentales graves.
En sus diferentes versiones, consistía en introducir un instrumento afilado en el cráneo o a través de las cuencas oculares para cortar los nervios que conectan el lóbulo frontal con otras áreas cerebrales.
El lóbulo frontal es clave para funciones como:
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Memoria
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Regulación de emociones
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Resolución de problemas
En sus primeras formas, el procedimiento podía implicar perforar el cráneo e inyectar etanol puro para destruir tejido nervioso. Posteriormente, se usó un instrumento quirúrgico similar a un picahielos, el leucotomo.
Tipos de lobotomía
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Lobotomía prefrontal
Se perforaban agujeros en ambos lados de la parte superior del cráneo y se cortaban manualmente los nervios. -
Lobotomía transorbitaria
Popularizada en 1945 por Walter Freeman, se accedía al cerebro a través de las cuencas de los ojos, con un procedimiento más rápido y sin cicatrices visibles.
Los pioneros y su auge
En 1935, el neurólogo portugués Egas Moniz introdujo la técnica bajo el nombre de leucotomía, inspirándose en los trabajos previos del psiquiatra suizo Gottlieb Burckhardt.
Un año después, en Estados Unidos, Walter Freeman y el neurocirujano James Watts realizaron la primera lobotomía prefrontal del país.
En 1949, Moniz recibió el Premio Nobel de Medicina por su invento.
En la década de 1940, se promocionaba como una cura milagrosa para la depresión, la psicosis y la ansiedad. Además, ayudaba a aliviar el hacinamiento en hospitales psiquiátricos.
Resultados y efectos secundarios
Los efectos eran impredecibles. Algunos pacientes mostraban mejoras suficientes como para recibir el alta hospitalaria.
Otros se volvían más calmados o menos agresivos, pero también hubo consecuencias graves:
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Apatía profunda y falta de motivación
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Pérdida de la capacidad de sentir emociones
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Cambios de personalidad
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Estados catatónicos
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Muerte en algunos casos
Freeman y Watts llegaron a describir a estos pacientes como personas que podían “ser tratadas como niños” debido a su conducta.
La caída en desgracia
Se estima que unas 60 000 lobotomías se practicaron en Estados Unidos y Europa entre finales de los 30 y principios de los 50.
Sin embargo, la popularidad del procedimiento se desplomó por:
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Casos trágicos de alto perfil, como el de Rosemary Kennedy, hermana del presidente John F. Kennedy, que quedó incapacitada permanentemente.
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Críticas médicas y mediáticas.
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Aparición de antipsicóticos y antidepresivos más seguros.
A partir de los años 50, varios países como la Unión Soviética, Japón y Alemania prohibieron la lobotomía por considerarla contraria a la humanidad.
En 1967, a Freeman se le prohibió practicarla tras la muerte de una paciente por hemorragia cerebral.
Situación actual
Hoy en día, la lobotomía rara vez se realiza, aunque técnicamente sigue siendo legal en algunos lugares.
En su lugar, se emplean técnicas más precisas como la cingulotomía, que se usa para tratar casos graves de trastorno obsesivo-compulsivo o dolor crónico que no responden a otros tratamientos.
Reflexión final
La historia de la lobotomía es un recordatorio inquietante de cómo un tratamiento puede pasar de esperanza médica a advertencia histórica.
Fue un procedimiento que mezcló avances científicos, desesperación terapéutica y, en muchos casos, un profundo desconocimiento de las consecuencias a largo plazo.
Sigue leyendo sobre la historia de la lobotomía
- Lobotomía (Wikipedia): una visión completa del procedimiento, su historia y evolución.
- Lobotomía cerebral (Wikipedia): detalla la técnica, sus orígenes y su declive.
- António Egas Moniz (Wikipedia): biografía del pionero de la leucotomía y ganador del Nobel.
- Salud con lupa: “Antonio Egas Moniz: el doctor que curaba la tristeza perforando cráneos” — artículo periodístico crítico y narrativo.
- Química.es: explicación accesible sobre los inicios, evolución y consecuencias de la lobotomía.